Nosotros

Antecedentes

La tradición de los salineros de la laguna de Cuyutlán en el estado de Colima se remonta a las épocas precolombinas, cuando su preciado producto era enviado a el Emperador Azteca, las tradiciones de los pueblos indígenas del siglo XV y siglo XVI de la comarca lagunera, aluden con frecuencia a los tratos entre ellos y los de Colima (capital actual del estado del mismo nombre). También había otras regiones en las que se producía sal durante esta etapa de la historia de México. Destacaban las salinas de Cuyutlán en el estado de Colima donde hasta la fecha se sigue produciendo sal de excelente calidad y prestigio internacional.​

Con el objeto de garantizar una continua producción de la plata, la producción y la comercialización de la sal fueron prioritarios en toda la planificación virreinal. La necesidad de cloruro de sodio para la alimentación y las industrias domésticas era relativamente predecible. *​

​Un hecho interesante y que data del potencial estratégico y comercial de la sal y la entidad, es que Sir Francis Drake, notable en la historia de la navegación inglesa, tras cruzar el Estrecho de Magallanes en su legendario navío el Golden Hind, recorriendo el Océano Pacífico hacia el norte, visitó el puerto de Salagua ( cercano a Manzanillo y Cuyutlán en el estado de Colima) en el mes de mayo de 1579. Donde se abasteció de sal y víveres para continuar su travesía, augurando con ello la vocación exportadora de la región y que en siglos posteriores se ha consolidado.

Forjando con esfuerzo la historia de Salina de la Santa Cruz

Hace tres décadas inició nuestra trayectoria en el noroeste de México, siendo Sonora el origen de nuestra experiencia en la explotación de la sal. El primer acercamiento a esta laboriosa y apasionante actividad se dio gracias a la confianza que una gran empresa salinera nos brindó para desempeñarnos en diferentes áreas operativas, administrativas y directivas, hasta que llegado el momento emprendimos nuestros propios retos. ​
En el año 1996 nos trasladamos al occidente de México y combinamos nuestras actividades entre los estados de Colima y Jalisco, ya que en esa etapa nos enfocamos a la comercialización de la sal colimense por sus extraordinarias y superiores cualidades minerales, así como por la insuperable ubicación geográfica por su cercanía con los grandes centros de consumo del país y las vías de comunicación que lo conectan tanto al interior de México como al resto del mundo.​

En Cuyutlán, municipio de Manzanillo, encontramos una forma de vida noble y genuina en su comunidad salinera, en donde se extrae la sal con los elementos más rústicos y antiguos que la naturaleza nos ha dado: sol, viento y agua de mar. ​

1996

Establecimiento en Cuyutlán, municipio de Manzanillo en Colima y en Guadalajara, Jalisco.

2000

Descubrimiento de la “flor de sal” e inicio de su difusión y comercialización nacional​.

2008

Obtención de concesión minera a nombre de “Salina de la Santa Cruz”.​

2010

Participación en BIOFACH, Nuremberg, Alemania.​

2010

Ingreso a Asociación Orgánica Europea (IFOAM).​

2020

Renovación de imagen e innovación en productos de exportación.​

Sus rusticas técnicas han sido trasmitidas generación por generación, así que decidimos aprender de ellos en lugar de romper esquemas que han funcionado durante siglos, nos dedicamos a comprenderlos y difundirlos, conservando y compartiendo a las nuevas generaciones que lo añejo posee más profundidad y beneficios.​

Los salineros indígenas no dañaban el medio ambiente en su operación: trabajaban únicamente en la temporada de secas, que son aproximadamente 6 meses del año, fomentando que la naturaleza continúe su curso y que la laguna de Cuyutlán recupere todo lo que en terreno del agua le correspondía. Nuestros ancestros sabían además que la temporada de tormentas tropicales y huracanes la naturaleza podía afectar las producciones, lo que nos muestra su gran sabiduría.

Una de las máximas satisfacciones que hemos vivido fue descubrir -o ella nos descubrió a nosotros- una delgada y fina capa que al despuntar el amanecer reflejaba la incipiente luz del sol de una manera especial, diferente. De un espesor tan delicado y frágil obtuvimos de manera manual, con un cuidado y manejo artesanal, una sal nunca antes aprovechada y la bautizamos flor de sal, por representar algo tan delicado y prometedor como esa expresión del reino vegetal. Ahora, el reino mineral florecía con la sal. ​

Nos llevo años asimilar las tradiciones locales, una vez que las comprendimos, emprendimos un gran reto que se vió logrado en el año 2008, en el que obtuvimos de la secretaria de economía de la subdelegación de minas en el estado de Colima, el título de concesión minera 232324 que se otorgaba bajo el nombre de “Salina de la Santa Cruz” para su explotación durante los próximos 50 años. Con gratitud nos dirigimos al lote en cuestión para darle la bendición y comenzar a operar como el titulo lo exponía, la explotación de la sal marina.​

En el año 2010 nuestro crecimiento continuó y asistimos a la feria alimentaria más importante del mundo: “BIOFACH” en Nuremberg. El resultado fue impresionante ya que tuvimos un gran eco al coincidir la pureza de nuestra sal con las tendencias de la salud alimentaria enfocadas en la purificación del cuerpo humano. Fue así como nos hicieron socios de “Slow Food” en Turín, Italia, y nos dieron un lugar en la Asociación Orgánica Europea (IFOAM).​

​Actualmente exportamos a X países en el mundo y continuamos explorando mercados y oportunidades, por ello innovamos en nuestra propia empresa y este año lanzamos nuestras sales gourmet para aumentar nuestra variedad de productos.

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